Si alguna vez has visto la típica imagen de una chica con una mascarilla negra, lo más seguro es que se tratase de una mascarilla de carbón activado, un producto de origen vegetal con grande beneficios para la piel en general, pero sobre todo las pieles grasas con tendencia acnéica.
El carbón activado no es el mismo carbón que utilizamos para la chimenea o las barbacoas. Es un carbón especial de uso tópico que ha sido sometido a un tratamiento previo a base de oxígeno, y que procede de maderas, como el bambú, o de cáscaras de frutos, como el coco o la nuez.
El carbón activo como tal tiene numerosas propiedades que lo hacen un aliado perfecto para la piel:
Ahora que estamos un poco más familiarizados con este material, veamos por qué es tan bueno para nuestra piel.
Como ya hemos dicho, el jabón de carbón activado es un producto de origen vegetal capaz de absorber toxinas, químicos y bacterias. Sus propiedades desintoxicantes y limpiadoras lo hacen ideal para pieles grasas y mixtas ya que absorbe la grasa y la suciedad de la piel, elimina las impurezas y mantiene el cutis limpio, luminoso y saludable.
¿Pero cuáles son sus beneficios exactos?
El uso del jabón de carbón activado se recomienda tanto para el rostro como para el resto del cuerpo. Se puede usar de una a dos veces a la semana hasta todos los días, por la mañana y noche, dependiendo del nivel de grasa que tenga tu piel.
Si tienes curiosidad por probar este tipo de jabones, te recomendamos que empieces por el Jabón de Carbón Activado de Iteritalia, de triple molido y elaborado 100% con aceites vegetales. Puedes encontrarlo en Douglas, El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour y Perfumerías Arenal.